De la Grasa al Bienestar: Abordando lel hígado graso
Adentrémonos en el misterioso mundo del hígado y descubramos un enigma que afecta a millones de personas en todo el mundo: la esteatosis hepática no alcohólica (EHNA). En este fascinante viaje, exploraremos los intrincados mecanismos que subyacen a esta condición, desde la acumulación de grasa en el órgano hasta sus implicaciones más graves, como la fibrosis y la cirrosis.
Imagina un escenario donde la grasa se convierte en protagonista, transformando silenciosamente el tejido hepático y desencadenando una serie de eventos que pueden alterar la vida de quien la padece. Desde la obesidad hasta la diabetes tipo II, el escenario se complica con la presencia de factores de riesgo que desafían nuestra comprensión y nos invitan a buscar respuestas más allá de lo evidente.
Acompáñanos en este viaje de descubrimiento mientras exploramos las últimas investigaciones, desde las pruebas de laboratorio hasta las innovadoras opciones de tratamiento. Descubriremos cómo pequeños cambios en el estilo de vida y el poder de los alimentos pueden tener un impacto significativo en la salud hepática, brindando esperanza a quienes luchan contra esta misteriosa afección.
¡Prepárate para desafiar tus conocimientos preconcebidos y sumergirte en el apasionante mundo de la EHNA! Esta es una historia que merece ser contada, una historia de superación y descubrimiento en la búsqueda de la salud hepática óptima.
¡Comencemos!
La esteatosis hepática no alcohólica es cuando el hígado acumula más grasa de lo normal, lo que puede causar problemas desde inflamación hasta daño grave como cicatrización (fibrosis) o incluso cirrosis. Esto último puede traer complicaciones serias como hipertensión en la vena del hígado o incluso cáncer de hígado.
¿Qué significa eso? Básicamente, el hígado tiene más grasa de la que debería, superando un límite del 5 al 10% de su peso total.
En este momento se han de preguntar ¿Cuál es la prevalencia de esta enfermedad?
Se estima que afecta a un buen porcentaje de la población general, especialmente a aquellos con sobrepeso u obesidad, donde puede alcanzar entre el 58% y el 74% de las personas. Aunque en los niños es menos común, también puede ocurrir, sobre todo en niños con sobrepeso u obesidad, donde afecta alrededor del 22% al 53% de ellos.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Hay algunos factores que aumentan las posibilidades de tener esteatosis hepática no alcohólica:
Obesidad: Tener sobrepeso es uno de los principales factores de riesgo. Cuando hay mucha grasa en el cuerpo, también puede acumularse en el hígado.
Diabetes Tipo II: Esta enfermedad causa resistencia a la insulina y niveles altos de insulina en la sangre, lo que puede llevar a la acumulación de grasa en el hígado.
Hiperlipidemia: Niveles altos de colesterol y triglicéridos en la sangre pueden aumentar el riesgo de tener esteatosis hepática.
Historia familiar: Si alguien en tu familia ha tenido problemas de esteatosis o cirrosis hepática sin una causa clara, también podrías estar en riesgo.
Imagina que nuestro cuerpo es como una máquina increíblemente compleja. A veces, cuando algunas partes de esa máquina no funcionan bien, otras partes también pueden tener problemas.
Ahora, piensa en tres cosas que pueden no funcionar bien juntas en nuestro cuerpo: estar demasiado gordito, tener diabetes Tipo II (que significa que el cuerpo no maneja bien el azúcar) y tener niveles altos de grasa y colesterol en la sangre. Cuando estas tres cosas suceden juntas, pueden causar un problema llamado "síndrome metabólico X" o "síndrome cardiodislipidémico".
Este problema no viene solo; también trae consigo otros problemas, como presión arterial alta, enfermedades del corazón y cualquier cosa relacionada con la insulina, que es una hormona que ayuda a controlar el azúcar en la sangre.
De acuerdo con el IMC la EHGNA se divide en cuatro grupos
Sobrepeso: IMC de entre 25 a 29.9 kg/m2
Obesidad clase I: obedece a un IMC de 30 a 34.9 kg/m2
Obesidad clase II: corresponde a un IMC de 35 a 39.9 kg/m2
Obesidad clase III: implica un IMC > 40kg/m2
La obesidad troncal parece asociarse con un mayor riesgo de EHGNA
El grado de obesidad parece estar relacionado con el grado de inflamación y gravedad de la fibrosis, independientemente de la presencia de diabetes y de la edad.
Mecanismos por los cuales la obesidad confiere un riesgo:
Cuando alguien tiene sobrepeso u obesidad, su cuerpo puede enviar más grasas al hígado de lo que debería. Esto puede causar problemas, como inflamación en el hígado. También, hay una cosa llamada "factor de necrosis tumoral alfa" que puede ser más alto en personas con obesidad, lo que también puede dañar el hígado.
El segundo mayor problema es cuando alguien tiene diabetes Tipo II. En esta enfermedad, el cuerpo no usa bien la insulina, lo que lleva a tener demasiada insulina en la sangre. Esto puede causar que más grasas vayan al hígado y se acumulen allí. Además, puede haber cambios en algunas hormonas y problemas en el intestino que pueden llevar a que más bacterias malas crezcan en el intestino, lo que también puede dañar el hígado.
El tercer problema es cuando alguien tiene niveles altos de colesterol y triglicéridos en la sangre, lo que llamamos hiperlipidemia. Estos niveles altos pueden aumentar el riesgo de tener acumulación de grasa en el hígado, especialmente si es hipertrigliceridemia, que es cuando los triglicéridos están muy altos. Esto puede causar más daño al hígado.
Otros factores de riesgo:
Pérdida de peso rápida
Historial familiar de esteatohepatitis
Cirrosis criptogénica
Acumulación hepática de hierro
Enfermedad coronaria
Cáncer
Enfermedades autoinmunitarias
Enfermedad hepática grasa no alcohólica secundaria
Esta asociada con otras condiciones que estén relacionadas con esteatosis, las causas las podemos dividir en 4:
Nutricional
Ayuno prolongado
Desnutrición
Nutrición parenteral total
Pérdida rápida secundaria a trastornos alimenticios o cirugía bariátrica
derivación yeyunal
Gastroplastia en banda
Resecciones intestinales
Metabólica
Disbetalipoproteinemia
Lipodistrofia
Hígado graso durante el embarazo
Medicamentosa
Glucocorticoides
Amiodarona
Tamoxifeno
Antirretrovirales
Tetraciclinas
Estrógenos
Metrotrexate
Agentes bloqueadores del calcio
Perhexilina
Ácido valproico
Otras
Sobrepoblación bacteriana
Enfermedad inflamatoria intestinal
Enfermedad de Wilson
Cuerpos de mallory
Enfermedad celiaca
Infección por virus de inmunodeficiencia humana
Puede ser complicado hablar de su patogenia sin embargo se puede explicar de esta forma:
Imagina que tu hígado es como una fábrica que procesa la comida que comes. A veces, cuando comes demasiadas cosas grasosas, tu fábrica puede tener problemas para manejar todas esas grasas. Esto puede llevar a que el hígado acumule grasa, lo que llamamos esteatosis hepática.
Ahora, esta acumulación de grasa hace que las células del hígado se pongan un poco "sensibles" y frágiles. Es como si estuvieran más propensas a recibir daño.
Entonces, si algo más sucede que estresa o daña al hígado, como comer aún más grasas, tomar mucho alcohol o tener ciertos genes que hacen que el hígado sea más sensible, entonces es como si fuera el segundo golpe. Esto puede causar que las células del hígado se inflamen o incluso mueran.
A lo mejor pensarán... ¿Cómo se si tengo esta enfermedad?
La manifestación más común es la alteración de las pruebas bioquímicas hepáticas en un paciente asintomático
De los pacientes con síntomas
Fatiga
Malestar
Dolor vago en el hipocondrio derecho
Hepatomegalia
La mayoría de los pacientes se presentan por otros problemas médicos como
Hipertensión
Enfermedad coronaria
Obesidad
Hipotiroidismo
Colelitiasis
Anormalidades en las PFH
El hallazgo más común en el examen físico es → hepatomegalia no dolorosa y (menos común) esplenomegalia
¿Cómo es su diagnóstico?
Cuando los médicos quieren evaluar la salud del hígado de una persona, recurren a varias pruebas, entre ellas, análisis de laboratorio que examinan ciertos marcadores en la sangre. Estos marcadores pueden indicar si hay algún problema en el hígado, incluso si la persona no experimenta síntomas evidentes.
Pruebas de Laboratorio:
Elevación de transaminasas séricas: Las transaminasas son enzimas que se encuentran en las células hepáticas y su elevación en la sangre puede ser un indicador de daño hepático. La elevación asintomática de las transaminasas séricas, especialmente de la alanina aminotransferasa (ALT), de dos a tres veces su valor normal, puede sugerir la presencia de enfermedad hepática. Además, si la ALT es más alta que la aspartato aminotransferasa (AST), puede ser una pista adicional sobre la posible afectación hepática.
Fosfatasa alcalina: La fosfatasa alcalina es una enzima presente en varios tejidos, incluido el hígado y los huesos. Un aumento significativo en los niveles de fosfatasa alcalina en la sangre, que puede alcanzar hasta un 50% por encima de los valores normales, puede indicar problemas hepáticos.
Otros marcadores en casos más graves:
En situaciones de cirrosis hepática o hipertensión portal, los médicos pueden evaluar la función hepática observando los niveles séricos de albúmina y el tiempo de protrombina.
El nivel sérico de ferritina también puede ser analizado, ya que niveles elevados pueden indicar una enfermedad hepática más avanzada.
Exclusión del consumo de alcohol:
Es importante destacar que en el proceso de diagnóstico, se excluye el consumo excesivo de alcohol como causa potencial de los problemas hepáticos. Por lo tanto, si el paciente no tiene antecedentes de un consumo excesivo de alcohol (menos de 20-40 g de alcohol al día), es más probable que las anomalías encontradas en las pruebas estén relacionadas con una enfermedad hepática diferente a la asociada con el alcoholismo
Estudios de imagen
Ultrasonido:
Es como si tomaran fotos del hígado con una máquina especial que usa ondas sonoras. Con el ultrasonido, pueden ver si hay acumulación de grasa en el hígado, pero no pueden distinguir exactamente si esa grasa está causando algún tipo de inflamación o daño.
Tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia magnética (RM):
Estas pruebas también toman imágenes del hígado, pero de una manera diferente. Pueden mostrar si hay áreas en el hígado que son más densas o menos densas de lo normal. Esto puede ser una pista de que hay acumulación de grasa o incluso inflamación en el hígado.
Histología
Cuando los médicos quieren estar seguros sobre lo que está pasando en el hígado de alguien, pueden hacer una prueba especial llamada biopsia hepática. Es como tomar una pequeña muestra del hígado para verla bajo un microscopio y entender mejor qué está sucediendo adentro.
Hallazgos en la biopsia hepática:
Esteatosis o degeneración grasa: Esto significa que hay una acumulación de grasa en las células del hígado. Es como si el hígado estuviera "grasoso".
Inflamación lobular parenquimatosa: Cuando las células del hígado están inflamadas en ciertas áreas. Es como si hubiera una pequeña "pelea" dentro del hígado.
Degeneración balonar de los hepatocitos: Esto se refiere a un cambio en la forma de las células del hígado, haciéndolas parecer como si estuvieran hinchadas o "infladas".
Tratamiento
No existe un medicamento capaz de detener o inducir regresión de los cambios histológicos asociados con la EHGNA, se indican medidas dirigidas a prevenir o controlar los factores de riesgo asociados, como la reducción de peso y el uso de medicamentos hipolipemiantes o para el control de la glucemia sérica
El manejo inicial implica principalmente recomendaciones de alimentación y cambios del estilo de vida. El llevar a cabo un cambio en la composición de la dieta incluso sin pérdida de peso también puede reducir la esteatosis y mejorar las alteraciones metabólicas
Dieta
Cualquier medida que resulte en pérdida de peso será beneficiosa, sin embargo la que ha mostrado mejores resultados es la dieta mediterránea, la cual se compone de:
Aceite de oliva
Ácidos grasos monoinsaturados
Ácidos grasos poliinsaturados n-3 (PUFA)
Frutos secos
Semillas
Granos enteros
Frutas
Verduras
La alta cantidad de fibra que aporta la dieta mediterránea demostraron ser capaces de inhibir la LND, la esteatosis hepática y la inflamación.
Ejercicio
Además de la gran cantidad de beneficios que aporta, algunos estudios han demostrado que es un potente regulador de las dislipidemias inducidas por una dieta rica en fructosa, el sedentarismo o ambos. Las concentraciones de TG circulantes pueden reducirse gracias a la actividad física.
Se recomienda el ejercicio aeróbico
Farmacológico
Aún hay muchos fármacos que están en desarrollo, sin embargo la estratégia terapéutica que se espera en el futuro se debe de tomar en cuenta diversos factores como:
El grado y estadio de la enfermedad
Comorbilidades de cada paciente
Factores genéticos
Precios de las nuevas medicinas
Por el momento de acuerdo a la Asociación para el Estudio de Enfermedades del Hígado han recomendado el uso de:
Vitamina E
Pioglitazona
Tratamiento con B-glucanos
Imagina que los B-glucanos son como pequeñas sustancias que se encuentran en alimentos como los cereales, los hongos y las levaduras. Son como una especie de carbohidrato que está formado por muchas moléculas de glucosa unidas.
Ahora, estos B-glucanos tienen algunas características especiales que pueden ayudar a nuestro cuerpo. Se cree que su principal función es reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. ¿Cómo lo hacen? Bueno, cuando los comemos, estos B-glucanos se convierten en una especie de gel viscoso dentro de nuestro estómago e intestinos. Este gel atrapa algunas cosas que no queremos, como los ácidos biliares, y ayuda a sacarlos de nuestro cuerpo. Además, también ayuda a que nuestro cuerpo absorba menos colesterol de los alimentos que comemos.
En el fascinante universo de la esteatosis hepática no alcohólica, hemos desentrañado los misterios que rodean a esta compleja condición hepática. Desde los desafíos de su diagnóstico hasta las prometedoras estrategias de tratamiento, hemos navegado por un mar de conocimiento en busca de respuestas y soluciones.
A lo largo de nuestro viaje, hemos descubierto que el hígado, ese órgano tan vital pero a menudo pasado por alto, puede verse afectado por una serie de factores, desde la obesidad hasta la genética. Sin embargo, hemos aprendido que incluso en medio de la incertidumbre, hay esperanza y posibilidades de cambio.
Al explorar las últimas investigaciones y avances clínicos, hemos visto cómo pequeños cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto significativo en la salud hepática, ofreciendo una luz al final del túnel para aquellos que luchan contra la EHNA. Desde una alimentación saludable hasta la incorporación de alimentos ricos en B-glucanos, hemos descubierto que el poder de la prevención y el tratamiento está al alcance de todos.
En última instancia, nuestro viaje nos ha recordado la importancia de escuchar a nuestro cuerpo, de buscar respuestas y de no renunciar a la esperanza. A medida que cerramos este capítulo, llevamos con nosotros un nuevo entendimiento y un renovado sentido de determinación para enfrentar los desafíos futuros con valentía y optimismo. ¡Que nuestra travesía por el mundo de la EHNA sea solo el comienzo de un viaje hacia la salud y el bienestar duraderos!
Referencias:
- Feldman, M., Friedman, L. S., & Brandt, L. J. (2021). Sleisenger y Fordtran. Enfermedades digestivas y hepáticas: Fisiopatología, diagnóstico y tratamiento. Elsevier Health Sciences.
- Dietlen, F. R., & Francis, J. M. A. (2008). Gastroenterología clínica.
- Calderón, K., Hernández, A., Osorio, L. F., & Lanza, S. (2022). Enfermedad de hígado graso no alcohólico y potenciales efectos de los β-glucanos en su tratamiento: Una revisión de literatura. Revista Chilena de NutricióN, 49(1), 100-107. https://doi.org/10.4067/s0717-75182022000100100
- Moctezuma‐Velázquez, C. (2018). Tratamiento actual de la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Revista de Gastroenterología de México, 83(2), 125-133. https://doi.org/10.1016/j.rgmx.2017.10.003
Excelente publicación! Tema interesante y fácil de comprender
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